Aunque pueda parecer que algunas personas poseen una bola de cristal para encontrar inversiones rentables -Warren Buffett, por citar un ejemplo recurrente-, lo cierto es que no existen ni la fiabilidad absoluta ni el riesgo cero. Además de que nadie nace sabiendo invertir. Tomando esa cuestión como punto de partida, existen, eso sí, pautas, métodos y precauciones que pueden ayudarte a descubrir cómo aprender a invertir sin errores.
Diferentes perfiles de inversión, distintos riesgos
El mundo de la inversión es variado en extremo: si se tienen en cuenta todas las variables y matices, casi hay una posibilidad para cada perfil. No obstante, antes de tomar cualquier decisión te aconsejamos que analices, al menos, los aspectos más básicos sobre tu perfil de inversor.
- Situación de tus finanzas, de tu economía personal o familiar.
- Ingresos que percibes.
- Capacidad de generación de ahorro que tienes.
- ¿Posees patrimonio? De ser así, ¿de qué naturaleza y cómo está diversificado?
- Cuánto capital puedes permitirte invertir.
- Tiempo que puedes mantener ese dinero inmovilizado.
- Rentabilidad con la que te conformarías o en la que te sentirías cómodo.
- El riesgo es un aspecto clave. Cuanto más estés dispuesto a asumir, mayor puede ser el rendimiento, pero, al mismo tiempo, también crecen las posibilidades de que pierdas total o parcialmente tu inversión.
La fórmula para aprender a invertir sin cometer errores
Ese análisis es recomendable para cualquiera, pero más aún si estás empezando, si eres novato en el ámbito de la inversión. Aprender a invertir es un proceso que suele llevar tiempo, lo mismo que dar con inversiones seguras. No obstante, debes considerar los puntos anteriores, sobre todo la aversión al riesgo que tengas. Lo ideal, al principio, es comenzar con pequeñas cantidades, productos de bajo riesgo y hacer inversiones con el capital que no necesites para vivir.
Los 25 errores más habituales al invertir
Como en otros aspectos de la vida, al invertir es más importante evitar cometer errores que hacerlo perfecto. Si así lo haces, será más sencillo que tu dinero acabe en inversiones seguras. En ese sentido, volviendo de nuevo al apodado 'Oráculo de Omaha', en su opinión "un inversor necesita hacer muy pocas cosas bien si evita grandes errores. Así, no es necesario hacer cosas extraordinarias para obtener resultados extraordinarios". Aquí te contamos los 25 errores más habituales al invertir para que, en la medida de lo posible, los evites.
- Lanzarte al vacío sin conocer una determinada inversión no es aconsejable. La falta de conocimiento puede llevarte a tomar decisiones equivocadas.
- Controla tus emociones. Al igual que en el caso anterior, apostar por una opción sin haberla meditado tampoco es recomendable. Las decisiones impulsivas, que a veces pueden dar un resultado positivo, suelen ser arriesgadas. ¡Trata de controlar tus emociones!
- Invierte lo que no necesitas. Como ya hemos apuntado, procura no invertir el dinero que necesitas para vivir o que puedes requerir a corto plazo.
- No te endeudes para invertir. En coherencia con lo anterior, no parece razonable -no lo es, al decir de los expertos- que te endeudes para invertir.
- Intenta ser realista con el esfuerzo inversor que puedes hacer, el tiempo que puedes mantenerte en un activo y el rendimiento que puedes exigir.
- Qué rendimiento esperas para tu inversión. ¿Cuál es el rendimiento mínimo aceptable en una inversión? De forma genérica (cada cual tiene su propia visión), aquella que te permite conservar tu poder adquisitivo. Obviamente, incluyendo el peso de la inflación.
- También debes considerar el efecto del Índice de Precios al Consumo (IPC) sobre tus inversiones, particularmente en las que efectúes a largo plazo.
- ¿Duros a pesetas? No es posible, desconfía si te ofrecen rentabilidades muy altas en poco tiempo. La avaricia suele acabar por romper el saco. Por descontado, debes buscar inversiones rentables, pero dentro de unos límites que seguramente tu sentido común te marcará.
- Imitar al vecino. "Mi cuñado me lo recomendó, mi prima se metió en el negocio, mi amigo me aseguró que era infalible... ". Cuántas veces se han pronunciado esas frases o similares y el asunto ha acabado mal. Recuerda, de nuevo, la relevancia tanto de estar informado como de que cada perfil de riesgo es un mundo. Puede que un conocido te dé un consejo -con la mejor intención, por supuesto- pero es posible que él tenga unas prioridades o preferencias distintas de las tuyas. Para evitar esas situaciones de dependencia, lo mejor, lógicamente, es aprender a invertir.
- Siguiendo en la línea anterior, te aconsejamos que seas igualmente precavido con las inversiones de moda o los valores que, de pronto, están en boca de todos. Resulta difícil creer que seas de los primeros en enterarte de una información, salvo que cuentes con una posición de privilegio. De hecho, lo normal es que, para cuando te llegue, la conozcan miles de inversores. Además, el éxito pasajero -por ejemplo, el bursátil- puede irse tal y como llega. Es decir, en un santiamén. Mejor meter tu dinero en inversiones seguras.
- Asesoramiento, ¡por supuesto! Existen múltiples y diversos expertos que pueden ayudarte. Eso sí, si vas a recibir asesoramiento para invertir, que te lo den especialistas. Al tiempo que ganas dinero puedes meterte en el proceso de cómo aprender a invertir sin errores.
- Diversificación. Otro de los consejos clásicos si te haces la gran pregunta que tantos se han formulado a sí mismos: "¿Cómo invertir mi dinero?". Te recomendamos que compongas una cartera bien diversificada y compuesta -para que tengas unas cifras de referencia- en un 85% por valores de bajo o muy bajo riesgo y en un 15% por activos de renta variable. Pierdes en rendimiento con los primeros, pero ganas en seguridad; mientras que con los segundos se da la situación inversa.
- Mejor desembolsar el dinero de forma periódica. No 'poner todos los huevos en la misma cesta' es un mecanismo de defensa ante el riesgo, así como también lo es no efectuar la inversión en una sola maniobra. Escalonar las inversiones suele implicar menos riesgos.
- ¿En qué contexto te vas a desenvolver? El escenario macroeconómico es clave. Por ejemplo, a día de hoy, con unos tipos de interés bajos resulta complicado lograr rentabilidad por medio de activos financieros sin riesgo, tales como depósitos o cuentas remuneradas. La mala noticia en ese sentido es que no es tan sencillo sacar rendimiento sin tomar algo más de riesgo que en una coyuntura económica diferente.
- ¿Por qué inviertes y con qué objetivo? No es lo mismo invertir al objeto de conseguir dinero para pagar la universidad de tus hijos, que para tratar de ganar un dinero rápido y fácil, que con vistas a la jubilación. El motivo, el plazo y la finalidad (que puede ser, por descontado, aumentar tu propio capital sin más) pueden ser útiles par determinar la inversión que mejor se ajusta a ti.
- Miedo a cometer errores. El bloqueo mental por temor a meter a la pata es perfectamente humano. A quien más, a quien menos, a todo el mundo le ha ocurrido en alguna ocasión. Y si no, tiempo al tiempo. Ser cauto y precavido no sólo es aconsejable al invertir, sino necesario. Ello no quita que dejes pasar una oportunidad clara por miedo a cometer una equivocación.
- Recoger beneficios a las primeras de cambio o excesivamente rápido. Si tienes capacidad para aguantar a medio o largo plazo, no tienes por qué sacar tu dinero sólo porque ya esté dando rendimiento.
- De la misma manera, tampoco debes retirarte de un producto porque un hecho puntual afecte de forma negativa a ese valor. Si la inversión fue correctamente seleccionada y el activo es poderoso, no hay por qué echarse a temblar.
- Cuidado con entrar y salir de forma brusca del mercado. Puede salir bien una vez o incluso varias, pero es altamente improbable que se repita y tengas éxito de manera continua. De nuevo, si puedes permitírtelo, el medio o el largo plazo suelen ser más recomendables.
- Ten por seguro que, en las inversiones a largo plazo, tus inversiones pasarán por altibajos. Nadie logra un track record de beneficios muy por encima de la media del mercado durante una década.
- Mejor invertir que especular, especialmente en bolsa. La segunda opción, como supondrás, implica riesgos elevados. Buscas una inversión rentable, claro, pero mejor si también es una inversión segura.
- ¿Por qué se deprecia un valor? No siempre que un valor baja significa que el rebote se encuentre cercano. De hecho, lo peor puede estar por llegar y que la caída sea aún mayor. La cuestión es dar con el motivo que impulsa ese movimiento bajista y si se mantendrá en el tiempo.
- Repetir el histórico de tus inversiones. Que una apuesta funcionase en el pasado no significa forzosamente que vaya a volver a suceder. Lo que fue una inversión segura en otra época puede no serlo en la actualidad.
- Fiscalidad de los productos. A algunos inversores inexpertos les ocurre que, tras obtener resultados positivos en una inversión rentable, se topan con la desagradable sorpresa de que la operación no ha ido tan bien. Hacienda siempre está esperando y, antes o después, cobrará. Por ejemplo, en los planes de pensiones el 'susto' llega al rescatarlo.
- Haz un seguimiento de tus inversiones, sobre todo si operas por tu cuenta. La disciplina es fundamental para cualquier inversor.
Aunque cualquier horizonte puede ser ampliado, con esos 25 consejos quizá no hagas las "cosas extraordinarias" que según el ya citado Warren Buffett no es necesario hacer, pero sí tendrás, al menos, suficientes pistas para aprender a invertir sin errores.